Esta cumbre está envuelta en polémicas. La primera, que durante años se ha sabido que Japón compra los votos a favor de la caza de ballenas de numerosos países. El 13 de junio de este año esa noticia fue publicada en el periódico británico The Sunday Times y se confirmó que Japón compra votos para la Comisión Ballenera Internacional a través de vuelos, mujeres y dinero. Las grabaciones de reuniones con funcionarios para que voten a favor de la caza de ballenas en todo el mundo revelan el secreto tan bien guardado por Japón de sus operaciones de compra de votos, que Japón ha negado durante décadas. Además, abren serias dudas sobre la credibilidad de la CBI.
Esto no es una novedad: Greenpeace ha denunciado desde hace años que Japón intercambiaba la ayuda financiera para el desarrollo de países pobres por votos a favor de la cacería comercial de ballenas dentro de la CBI.
Recientemente, uno de los miembros de la tripulación ballenera que filtró información a dos activistas de Greenpeace, Junichi Sato y Toru Suzuki, ha confirmado lo que se sospechaba desde hace años: que Japón compra los votos de algunos países a los que promete ayuda financiera para el desarrollo, con tal de que voten a favor de la caza de ballenas en la CBI.
La segunda polémica es que Junichi y Toru pueden enfrentarse a 18 meses de cárcel por denunciar que Japón malversa fondos públicos financiando la supuesta “caza científica” de ballenas en el Santuario Ballenero y que existe tráfico ilegal de carne de ballena que acaba en los platos de muchos restaurantes.
A falta de consenso científico, en las reuniones previas a esta cumbre, el presidente de la CBI, Cristián Maqueira, ha presentado una propuesta donde se plantea que se reabra la caza de cetáceos para mejorar los vacíos legales presentes en la moratoria firmada en 1986. Esto sería un grave retroceso.
Greenpeace se opone a cualquier tipo de caza comercial de cetáceos y pide que en esta reunión, la CBI se modernice para convertirse en un organismo que de una vez por todas proteja a estos grandes mamíferos. Si se levanta la moratoria aun con cuotas bajas, puede afectar gravemente a estos mamíferos marinos en muy pocos años. Pew, WWF y Greenpeace han presentado una propuesta que contiene seis puntos fundamentales que han de ser aprobados para que esta cumbre tenga un final positivo para el futuro de las ballenas:
el fin de la caza de ballenas en el Santuario Ballenero Austral
el fin del comercio con carne o productos derivados de ballenas
la eliminación de las cuotas unilaterales de caza de ballenas en peligro de extinción asumidas por algunos países
el establecimiento de la ciencia como la base para las decisiones tomadas por la CBI
la vigilancia del no cumplimiento de los acuerdos asumidos por países miembros de la CBI
fin a la caza de especies cetáceos amenazadas y/o en peligro
La CBI lleva décadas estancada en el debate sobre si debe o no existir la caza comercial de ballenas debido a que Japón, Noruega e Islandia se negaron a firmar la moratoria en 1986. Desde entonces estos países establecieron sus cuotas de captura de cetáceos de manera unilateral, con fines comerciales, mintiendo descaradamente como Japón, que alega una supuesta caza “científica”. Este 2010, que es el Año Internacional para la Diversidad Biológica, es una oportunidad única para transformar la CBI y eliminar de manera progresiva la caza comercial que aún queda.
Cualquier acuerdo que se presente en la CBI debe respetar la prohibición de la caza comercial de ballenas, y México debe impulsar también esta postura. Es necesario que los políticos que están en Agadir tomen decisiones arriesgadas y que acaben con la mala gestión de la CBI. La reunión en Agadir puede y debe salvar ballenas.
VERDAD QUE NO SE VEN BIEN?!?
AYUDANOS A SALVARLAS!!!!!
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